Nace un nuevo club de jazz en Buenos Aires: Prez

Abrirá sus puertas esta segunda semana de febrero, con una gran programación (Moscardini, Jodos y Iaies, entre otros), en la calle Anchorena 1347. Justo Lo Prete, su fundador, aseguró que "es una idea" que venía trabajando "hace más de 20 años".

Nadie puede decir que Justo Lo Prete es el típico empresario del ambiente musical.

Abogado penalista de tiempo completo y socio del estudio Durrieu Abogados, de 54 años, Lo Prete emprendió una segunda “quijotada” –la primera fue fundar el prestigioso sello Rivorecords en 2011- que es abrir un nuevo club de jazz en Buenos Aires.

Se trata de Prez Jazz, que abrirá sus puertas esta segunda semana de febrero, con una gran programación (Moscardini, Jodos y Iaies, entre otros), en una zona no tradicional para el jazz porteño, en la calle Anchorena 1347; las entradas y la programación se pueden observar en https://prez.ar/

En diálogo con Jazz & Cash, Lo Prete explicó las razones que lo llevaron a adoptar esta decisión, cómo observa la transformación en la manera de ver la música en estos tiempos digitales y la continua irrupción de jóvenes y talentosos artistas en la escena del jazz local.

-¿Qué te motivó a abrir un club de jazz en Buenos Aires y qué modelo de club que te gustaría seguir?

-Es una idea que vengo “trabajando” hace más de 20 años. Por uno u otro motivo, nunca pude concretarla.
Con el paso de los años uno va cambiando un poco la óptica; y hace un par de años asumí que me estaba poniendo viejo, y me pareció que si no iba arrancando me llevaba la idea a la tumba, y en eso quedaba la cosa. Me costó mucho pasar de la potencia al acto, ya que con los años te vas casando con la idea, con la parte romántica del proyecto, y como que te conformás pensando “ya lo haré”.
Por lo demás, aunque el espacio no es muy grande, y está hecho sin delirios, ponerse en marcha desde cero resultó un gran esfuerzo; empezar desde la nada la obra, hasta el detalle final de comprar la cucharita de café, fue una tarea enorme. Trabajo de abogado tiempo completo, y por más que uno tiene mucha gente que lo ayuda y gremios en los que delega, un poco tenés que estar encima.

-¿Cómo encaja esta decisión en medio de la transformación de la forma de escuchar música en el mundo?

-Creo que -comparando con otros proyectos culturales- poner un espacio de música en vivo te blinda de algunos de los cambios tan acelerados que ha traído la conectividad/virtualidad.
El soporte a través del cual se escucha la música podrá ir variando anualmente, pero creo que esto de poder ir a un lugar y escuchar música en vivo y en persona, tomarse una cerveza y demás, perdurará (en 50 o 100 años veremos, pero ya no estaré acá). Después pueden hacerse conciertos por streaming y demás, pero lo del vivo y en persona tiene un gran encanto, que no tiene reemplazo por un “producto” similar. Mucho más en el jazz, que en mi opinión es un género que se aprecia especialmente en vivo; la improvisación, esa interacción especial que hay entre los músicos arriba de un escenario, etcétera.

-¿Cómo observás en general el panorama del jazz local de estos últimos años, con la aparición de muchos talentos jóvenes y una pandemia que afectó a todos?

-Es cierto; hay muchos músicos jóvenes. Por mi parte, estoy escuchando y actualizándome, para tratar de tener -siempre dentro del género- una programación lo más amplia posible. Quizás, por las características de PREZ, con mayor preponderancia de formaciones más chicas.

La pandemia pasará. Al menos en el jazz, se ha visto que los conciertos por streaming tuvieron su cuarto de hora; un poco por ser novedosos, y mucho porque era lo único que los músicos podían hacer.
Pero, como dije antes, creo que el programa de ir a un club de jazz, ver y escuchar música en vivo, tomar una copa y charlar mano a mano entre amigos, siempre tendrá su atractivo.