En esta nueva efeméride Jazz And Cash homaneja a Charles Mingus. Nacido el 22 de abril de 1922, se ganó el apodo de “El hombre enojado del jazz” gracias a su temperamento al mismo tiempo que compuso piezas de una sensibilidad extrema, como “Goodbye Pork Pie Hat” (su elegía para el saxofonista Lester Young), que hoy permanece como uno de los grandes clásicos del género.
Además de ser un contrabajista excepcional que ejecutaba cada nota con el peso de un martillo neumático pero con el swing de una gaviota en primavera, fue un compositor ambicioso, con una creatividad única para la instrumentación. Era un orquestador siempre moderno y la frescura que aún hoy conservan sus obras dan cuenta de ello. No siempre valorado en su justa medida en su momento, su figura se ha acrecentado y hoy está en el lugar de la historia que se merece.
Nacido en Arizona, el árbol genealógico de Mingus - de precisiones nunca del todo confirmadas- contiene antepasados afroamericanos, alemanes, asiáticos y latinos. Lo que sí se sabe es que los primeros años de su educación musical estuvieron dominados por la música religiosa que su madre le alentaba a escuchar y por todo lo que de Duke Ellington pudiera pescar en la radio.
El trombón y el cello fueron los primeros instrumentos que estudió, aunque por ser negro estuviera imposibilitado de formarse en música clásica. Por otro lado, el hecho de que el cello no estuviera integrado a las formaciones jazzeras hizo que tuviera que repensarse como contrabajista. Visto a la distancia, entre los graves del trombón y el melodismo del cello es posible rastrear algo del sonido particular que luego desarrolló en su carrera. También en su adolescencia compuso sus primeras piezas, influido tanto por el jazz como por la música clásica y que años más tarde, alejado totalmente de la música académica, le servirían como base para instrumentar y orquestar con timbres únicos.
Pero aunque se ganó la fama de prodigio del contrabajo y para la década del 40 ya estaba tocando con Louis Armstrong (le seguirían Duke Ellington y Charlie Parker en los 50), a Mingus no le fue fácil establecerse como líder de banda. Fue recién en 1956, con Pithecanthropus Erectus que se ganó el reconocimiento de la escena. Para entonces, ya había editado cerca de una decena de discos al frente de sus propios proyectos.
Entre los factores que convirtieron a Mingus en un artista singular está el hecho de que componía teniendo en mente no solo para qué tipo de formación estaba escribiendo sino también qué músico específico iba a tocar cada instrumento. Así, lograba sacar el máximo provecho a cada nota, a cada frase, a cada solo. Desde fines de los 50 hasta principios de los 70, Charles Mingus vivió su etapa musical de gloria. Los clubes de jazz lo contrataban, sus composiciones se volvieron cada vez más enfocadas y abrazó las vanguardias sin perder un ápice de melodismo y swing.
Hacia 1974, la salud de Mingus se había deteriorado al punto de afectarle el toque. Diagnosticado con esclerosis lateral, se retiró de los shows en vivo pero nunca dejó de componer. Años más tarde se instaló en México para tratar su enfermedad y allí murió el 5 de enero de 1979, a los 56 años.
Información de La Nación
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